Reto 3

Bajo el mismo hueso 

Vi a Augustus por primera vez cuando mi humana me llevo al veterinario a unas pocas cuadras de mi casa. Nunca había visto a un ovejero alemán tan lindo. Sin querer me lo lleve por delante. Me ladró enseguida para invitarme a jugar. Pero no podía.
Mi humana me hizo entrar a la sala de donde estaba esa mesa metálica. Me subió arriba de esta y dijo: 
-No se que hacer. Hazel esta triste. No está comiendo casi nada, se la pasa durmiendo todo el día. 
-Bueno puede ser que se sienta mal y que por eso no tenga ánimo. Es entendible dada su condición con el cáncer. Afuera tengo al ovejero con una situación parecida pero cada perro reacciona distinto. Sería bueno que la llevaras a dar un paseo todos los días- dijo el veterinario. 
Yo empecé a moverme. Quería que notara que estaba bien, no quería inyecciones ni nada por el estilo. 
Cuando salíamos vi al ovejero sentado, en la puerta. Su pose inspiraba respeto. Mientras lo miraba pude notar que le faltaba una de sus patas. ¿Qué le habría pasado? ¿Un accidente? 
Ladró para saludarme y yo le conteste de igual manera. No dejaba de mirarme
¿Por qué me miras así?- le pregunté
-Porque eres una Collie hermosa
-No
-Me gusta mirar a las Collies hermosas. Hace un tiempo decidí no privarme de los sencillos placeres de la vida. Sobre todo porque moriré muy pronto.
-Pues eso esta muy bien, pero yo no soy hermosa. 

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